PLANTAR UNA SEMILLA… PEDIR UN DESEO... INICIAR UNA NUEVA ETAPA... La dinámica que nuestro satélite, la Luna realiza con el Sol para quienes habitamos esta Tierra, permite visualizar nuestras estrellas y nuestro destino desde una dimensión diferente. La dimensión del pasado, de la historia, del inconsciente, de nuestras raíces, y de aquello que traemos al presente como mandato familiar, como herencia psíquica y genética. En su paso por el zodíaco la Luna y el Sol forman parte de una unidad donde su permanente interacción, aportan a través de sus significados astrológicos, una forma diferente de evaluar el significado de nuestras vidas. Un juego permanente basado en la relación de nuestro pasado, nuestras vidas anteriores y nuestros deseos, con nuestro propio presente, y con las relaciones que vamos profundizando a lo largo de nuestra vida. Los ciclos de la luna enmarcan nuestros ritmos vitales, y sus diferentes actores, las lunaciones, los retornos, las sizigias, los nodos, Lilith, la Luna Dracónica, entre otros, se encargan de señalar los tiempos de cada acción. Tiempo de sembrar, tiempo de labrar, tiempo de cosechar...
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